“La energía vertida en Itaipu” y “La conveniencia para los pueblos de dejar de tirar energía por el vertedero de Itaipu” fueron los temas centrales en la clausura del III Seminario de Integración Energética realizado los días 5 y 6 de diciembre en el Granados Park. Los disertantes fueron el superintendente de Operación de la entidad, Sebastián Arce y el coordinador de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos, Ricardo Canese.
El superintendente de Operación de Itaipu, Sebastián Arce representó al director Técnico de Itaipu, Raimundo López, en el III Seminario de Integración y Soberanía Energética donde disertó sobre “La energía vertida de en Itaipu y tendencias para el futuro, tomando en cuenta la triplicación de la compensación paraguaya”.
Arce explicó que a pedido del Consejo de Administración de Itaipu se realizó un análisis de manera a identificar las causas de los vertimientos que se verifican en la Central Hidroeléctrica de Itaipu en los últimos años.
También se había solicitado la visualización en un contexto a futuro de como ir vertiendo la energía teniendo en cuenta la posibilidad de operar con 19 a 20 unidades generadoras. Cabe recordar que hoy día, por el acuerdo Tripartito firmado en el año 1978, no es posible operar con más de 18 unidades generadoras.
El superintendente de Operación de Itaipu explicó que el vertimiento es aquel volumen de agua que se derrama por el vertedero por dos razones, una porque excede a la capacidad de las unidades generadoras y a la capacidad de almacenamiento de los embalses.
O cuando, por restricciones en el sistema de transmisión y por falta de mercado, se derrama. “Por el acuerdo tripartito, muchas veces dado un nivel de generación en la semana, se llega al fin de semana y el nivel de agua se derrama para hacer cumplir el acuerdo tripartito y evitar la violación a la cláusula de la variación de 2 metros diarios”, manifestó Arce.
Enfatizó que por el Acuerdo Tripartito (Argentina, Brasil y Paraguay) el nivel de río en la frontera tripartita no puede superar los 2 metros diarios y con esta cláusula, Itaipu es una central desfasada con restricción aguas abajo.
Según el técnico de la Entidad, el río Iguazú, aguas abajo, tiene una afluencia de 1.500 m3/s y la faja de operación de Itaipu está entre la cota 220,30 y 219 metros y es una capacidad de regulación mínima. “En esta faja si se descarga los caudales promedios mensuales de 11.000 m3/s de la cota 220,30 alcanzamos la cota 219 en dos días”, indicó.
El técnico manifestó igualmente que para un análisis a futuro, se realizó una simulación de operación de Itaipu utilizando la serie de caudales y afluentes desde el año 1985 hasta julio del 2011.
“Los resultados mostraron que aún operando con 20 unidades generadoras se derramará agua, pero en menor cantidad. En el caso de 18 unidades generadoras, los vertimientos son mayores y se repite la estacionalidad de los periodos húmedos. La expectativa de los vertimientos no turbinables, que superan 20 unidades generadoras varían entre 44 y 67 días del año. El caudal vertido no turbinable varía entre 440 y 650 m3/s para 18 y 20 unidades generadoras”, expresó.
Los vertimientos turbinables con la puesta en servicio de la línea de 500 kV que sale la estación de Foz de Iguazú hasta Cascavel y con la puesta en servicio de la línea de transmisión 500 kV, margen derecha a Villa Hayes, se espera que los vertimientos turbinables disminuyan.
“No se debe tirar la energía”
El coordinador de la CEBH, Ricardo Canese abordó sobre la “Conveniencia para los pueblos de dejar de tirar energía por el vertedero de Itaipu” e indicó que sin energía, el mundo estaría paralizado y por ende tiene una enorme trascendencia para los pueblos.
Destacó que el 80% de la demanda mundial se satisface con carbón, gas natural y petróleo y todas las proyecciones indican que será difícil salir de la dependencia pese a los esfuerzos.
“La energía tendrá crecientes costos porque no hay forma de producir energía fósil más barata y de ahí el enorme valor de la energía hidroeléctrica para el mercado nacional e internacional”, agregó.
Canese puntualizó que el beneficio que recibe el país a nivel global por la exportación de energía es de 800 millones de dólares con los reajustes que se tuvieron en torno al 10% y que dentro de las políticas de Estado en materia hidroeléctrica, se busca que la energía sea una fuente de desarrollo sustentable, atendiendo los impactos ambientales y sociales.
“No debemos desperdiciar nuestra energía porque es la más valiosa del mundo. No se debe vender o mal vender a un bajo precio o tirarla. Después de muchas peleas logramos que Brasil nos pague más, pero hasta ahora, el Congreso no trató los proyectos de ley, para tratar que los fondos se vayan a la salud, educación, viviendas populares, capacitación, etc.”
Agregó: “Hasta ahora no hay pronunciamiento para qué se utilizará esos recursos ¿Para el pueblo o acaparará la élite? La riqueza hidroeléctrica es del pueblo”
Abogó que Paraguay debe ejercer su soberanía en el plano de integración energética y evitar que se siga tirando por un vertedero. “Nuestra energía se debe utilizar en un marco de integración soberana y obtener beneficios, la meta es que todos ganemos. Uruguay, Argentina, Chile, nosotros podemos tener ingresos, incluso el Brasil puede tener ingresos con su 50% que le corresponde”, manifestó.
En dicho seminario también participaron el secretario general de la OLADE (Organización Latinoamericana de Energía), Victorio Oxilia, la viceministra de Minas y Energía, Mercedes Canese, la catedrática brasilera, Sonia Seger entre otros expertos en la materia energética.
