Ante la inminente baja de temperatura, que se percibe en estos días en todo el país, funcionarios del Zoológico de Itaipu en Hernandarias, se encuentran en plena tarea de confección de refugios especiales contra el frío, para la protección de animales silvestres.

Los trabajos, encabezados por la bióloga María Luisa Ortiz, se realizan en el marco del “Plan de Enriquecimiento Ambiental” cuyo principal objetivo es brindar la mayor comodidad posible a los ejemplares del lugar.

Los refugios varían de acuerdo a cada especie y según la encargada del programa, la actividad supone una alternativa válida para los animales que se encuentran en una zona rodeada de vegetación y un enorme canal de agua (Lago Acaray) que bordea al Zoológico.

Para los felinos grandes son colocadas camas de madera, de tal manera a aislarlos del suelo frío y húmedo; además, cuentan con casetas de contención, que además de su utilidad normal, evitan que el frío viento proveniente del sur, invada su guarida.

Por otro lado, a las aves -en especial los gua’a (papagayo) y los loros- se le instalaron percheros (posaderos) bajo techo, para una mejor protección durante la noche. Los mytú (faisán) se protegen con jahapé (especie de pasto) seco, al igual que la especie de roedor kyja (nutria)

“Los refugios están hechos, en su mayoría, de cajas de madera, que son realizadas por los aprendices del Zoológico. También dentro de los recintos colocamos los pastos conocidos como jahapé, extraído de las áreas protegidas. Con eso se trata de dar mayor calidez a cada especie”, sostuvo María Luisa Ortiz al explicar la metodología empleada para la confección de los refugios.

La bióloga dijo que son los reptiles los que más se ven afectados por el frío debido a su composición corpórea. “Ellos mantienen su temperatura corporal con el medio ambiente, son poiquilotermos (animales de sangre fría, cuya temperatura corporal depende totalmente del medio donde se hallan, y carecen de mecanismos reguladores de la misma).

En esta época del año los reptiles inclusive bajan su metabolismo y tienen poca actividad “están más bien refugiados, por eso necesitan un cuidado especial”. Como ejemplo, mencionó que al kuriju (boa) se le coloca un foco como fuente de calor. Para las tortugas y otros reptiles, se amontonaron hojas secas que sirven de cobertores ante las bajas temperaturas.

Todos los ejemplares reaccionan positivamente ante la instalación de los refugios. Esto demuestra que el trabajo elaborado por los funcionarios del parque faunístico de Itaipu es realizado con estricto criterio científico.