Luego de realizar un análisis de riesgo desde la perspectiva del triple enfoque de la sustentabilidad, se estableció que el trabajo forzoso y el trabajo infantil son susceptibles de ocurrir en trabajo que impliquen significativa mano de obra, como barrido de calles y recolección de basura, corte de hierba, plantación de árboles, cocina y despensa, limpieza y conservación, seguridad y vigilancia empresarial, proporción de comida para llevar, limpieza de área industrial, preservación de jardines y áreas verdes, tratamiento y gestión de animales silvestres y servicios relacionados a ferias y eventos.
  
Para mitigar estos riesgos Itaipu estipuló como etapa obligatoria del catastro una declaración por parte de los proveedores de la no realización de actividades contrarias a las normas referentes al trabajo infantil. Además el gestor de contratos es responsable del monitoreo de dichas actividades, otra medida adoptada fue la firma del Código de Conducta para proveedores, como providencia obligatoria para el catastro. Además se monitorean riesgos desde el Comité de Compras Sustentable en forma conjunta con el gestor del contrato, elaborando un plan de monitoreo y un formulario de monitoreo de contratos.