Institucional
Itaipu Binacional como parte de un nuevo proyecto de desarrollo
16/07/2011
“Ustedes recordarán que había escepticismo en mucha gente respecto a si las obras saldrían del papel y de las intenciones, si serían concretadas. Creo que aquí en el stand de Itaipu tenemos la comprobación de que aquello que planteamos un año atrás no fueron promesas -o apenas palabras escritas en un papel- sino compromisos que la entidad y otras empresas involucradas en esa tarea -como la ANDE y organismos del gobierno nacional- teníamos que cumplir. Ustedes tienen aquí la maqueta de la línea de 500 kV que se encuentra en plena licitación. Una parte de este trabajo ya ha concluido: las obras han comenzando en Villa Hayes; la fabricación de los equipos es un proceso que está en curso; y, ahora estamos en la última gran licitación que consiste en el tendido de la línea en sí. Voy hacer una breve introducción que muestra los problemas que heredamos en nuestro país y cómo desde Itaipu estamos participando de los esfuerzos del gobierno nacional para superar el problema y apuntar a que Paraguay entre finalmente al camino del desarrollo. De las herencias del período anterior de la dictadura y la democracia sin desarrollo podríamos hablar de muchos temas. Pero me parece importante insistir en tres: continuamos con una economía básicamente primaria; la importancia del comercio de triangulación, lo que evidentemente es una trampa, ya que es una actividad de bajísimo valor agregado; y, lo que podemos denominar el rentismo dependiente y las asimetrías con Brasil, en el caso específico de Itaipu. Hasta entonces, mientras el Brasil usaba la energía de Itaipu para industrializarse -para crecer sobre todo en el polo de Sao Paulo- en el Paraguay lamentablemente tenemos que decir que uno de los principales enfoques que se tuvo fue usar los recursos de los royaltíes y compensaciones por cesión de energía para cubrir los gastos que en realidad el sistema tributario debería cubrir normalmente en cualquier país.
Un Estado débil hace que tenga dificultades para contar con instrumentos, sea para orientar el desarrollo nacional o para compensar las desigualdades sociales a través de mecanismos que permitan una igualdad de oportunidades. Desde el punto de vista del sector energético, la herencia que recibimos fue una matriz paradógica: un exceso de hidroelectricidad y una escasez de energía eléctrica; usamos energía importada y contaminante, mientras que exportamos energía barata, limpia y renovable. Recibimos un país que había perdido su soberanía sobre sus recursos naturales y energéticos. Tenemos un sector eléctrico con un atraso en las inversiones de entre 10 a 20 años. En consecuencia, ninguna solución para el Sistema Eléctrico Paraguayo es simple ni inmediata. Tenemos, por sobre todo, un modelo desestructurado, de que los sucesivos cambios que han habido en la legislación -que rige el sector eléctrico- no guardan una coherencia de manera a que la ANDE -como empresa pública- pueda ejercer su papel estructurador. Aquí nuevamente tenemos que hablar de tres ejes fundamentales. En primer lugar aquel compromiso de que la energía de Itaipu esté disponible para el desarrollo nacional. Esto fue parte en las negociaciones de los seis puntos, pero sobre todo tenemos que reconocer que esto ganó intensidad y brillo cuando la Presidencia de la República planteó que el Paraguay tenía que ser visto no solamente como un país agrícola y ganadero sino como un país energético; y que, así como debemos procesar los productos primarios para darle valor agregado, debemos procesar la energía abundante que el Paraguay tiene en el mismo sentido. En diciembre del año pasado se inauguró un nuevo transformador en Itaipu, lo que permitió a la ANDE tomar más energía para el sistema eléctrico paraguayo, a lo cual se sumó una serie de otras inversiones que han salido del papel, que se han licitado: una de las más importantes sin duda es la línea de 500 kV. Y el tercer punto es lo referente a educación, tecnología e innovación. Aquí me gustaría subrayar algunos de los aspectos: a lo largo del 2010 las nuevas direcciones de la ANDE, Itaipu y Yacyreta trabajaron coordinadamente para superar las amenazas de crisis que los sucesivos veranos planteaban al sistema eléctrico paraguayo; la Subestación de Villa Hayes y la Línea de 500 son obras que una ya esta en camino y la otra siendo licitada: y el seccionamiento de las líneas que actualmente van al Brasil -con la licitación que debe realizarse en agosto próximo- posibilitará que el Paraguay esté en condiciones de utilizar el 100% de la energía que le corresponde de Itaipu. Son acciones, medidas, inversiones que permiten que la energía de Itaipu esté disponible para el desarrollo del país. El tercer eje, de educación, tecnología e innovación es muy importante. Esto es la inversión que Itaipu está haciendo a partir del año 2010 en el Parque Tecnológico de Itaipu (PTI). Es una acción pionera, ya que tenemos muy poca experiencia de alianzas entre empresas, cooperativas, universidades y el PTI. Va a ser la bisagra entre universidad, ciencia, tecnología y sector privado. Para ello trabajamos de manera muy fuerte en una política de innovación, de manera a que la producción paraguaya esté a la altura de los desafíos de la competitividad y en el marco de la globalización. También tiene un eje muy fuerte el emprendedurismo, a fin de ayudar a que las capacidades empresariales se desarrollen a nivel micro, mediano e incluso mayor. Itaipu plantea que lo que debe crecer es justamente la economía de las comunidades que rodean y están en el entorno de la hidroeléctrica.
Es decir, lo que el programa hace es premiar a las universidades -acreditadas o en vías de acreditación- que hicieron el esfuerzo de mejorar el nivel académico, con laboratorios, profesores con buena formación y bibliotecas. O sea, busca resolver los problemas que encontrábamos de parte del alumno con alta calificación en las escuelas públicas pero que proviene de regiones muy marginadas, atacando los problemas educativos y sociales que trae consigo y busca premiar y estimular el hecho de que las universidades se preocupen en mejorar su nivel académico. Estas son algunas iniciativas desde la dirección de Itaipu con vistas a que la entidad participe plenamente del esfuerzo que el gobierno y la sociedad paraguaya vienen realizando para que el cambio político que se registró en el 2008 vaya más allá de un mero episodio de alternancia entre bloques, grupos o frentes políticos para que consigamos avanzar efectivamente hacia un nuevo Paraguay: un Paraguay donde todos podamos tener una vida de bienestar y felicidad. |