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Institucional
Itaipu Binacional como parte de un nuevo proyecto de desarrollo
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16/07/2011

Este fue el tema desarrollado por Gustavo Codas en el stand que la binacional tiene en la Expo Feria de Mariano Roque Alonso. El titular de la entidad esbozó la visión de la entidad como instrumento de desarrollo nacional.

“Ustedes recordarán que había escepticismo en mucha gente respecto a si las obras saldrían del papel y de las intenciones, si serían concretadas. Creo que aquí en el stand de Itaipu tenemos la comprobación de que aquello que planteamos un año atrás no fueron promesas -o apenas palabras escritas en un papel- sino compromisos que la entidad y otras empresas involucradas en esa tarea -como la ANDE y organismos del gobierno nacional- teníamos que cumplir.

Ustedes tienen aquí la maqueta de la línea de 500 kV que se encuentra en plena licitación. Una parte de este trabajo ya ha concluido: las obras han comenzando en Villa Hayes; la fabricación de los equipos es un proceso que está en curso; y, ahora estamos en la última gran licitación que consiste en el tendido de la línea en sí.
En esta oportunidad -y con el compromiso de llevar a cabo estas obras- queremos plantear una visión un poco más amplia del trabajo que estamos haciendo con relación a los temas del desarrollo nacional.

Voy hacer una breve introducción que muestra los problemas que heredamos en nuestro país y cómo desde Itaipu estamos participando de los esfuerzos del gobierno nacional para superar el problema y apuntar a que Paraguay entre finalmente al camino del desarrollo.
Venimos de una trayectoria: primero, una dictadura de muy larga duración que dejó una herencia maldita en muchos sentidos; segundo, una democratización que se hizo sin desarrollo, lo que desgastó a la propia democracia por ese sentimiento que la gente tuvo de que se cambió el régimen político pero su vida no mejoró. Y finalmente, en el año 2008, una conclusión de esa trayectoria de la transición democrática, cuando se da la alternancia en el poder y se abre una disputa por los rumbos del cambio.
La gran discusión que se plantea es si la alternancia será apenas un episodio o si conseguiremos -a través de esa brecha abierta- una democracia con desarrollo sustentable y equitativo.

De las herencias del período anterior de la dictadura y la democracia sin desarrollo podríamos hablar de muchos temas. Pero me parece importante insistir en tres: continuamos con una economía básicamente primaria; la importancia del comercio de triangulación, lo que evidentemente es una trampa, ya que es una actividad de bajísimo valor agregado; y, lo que podemos denominar el rentismo dependiente y las asimetrías con Brasil, en el caso específico de Itaipu.

Hasta entonces, mientras el Brasil usaba la energía de Itaipu para industrializarse -para crecer sobre todo en el polo de Sao Paulo- en el Paraguay lamentablemente tenemos que decir que uno de los principales enfoques que se tuvo fue usar los recursos de los royaltíes y compensaciones por cesión de energía para cubrir los gastos que en realidad el sistema tributario debería cubrir normalmente en cualquier país.

Con esto tenemos tres elementos importantes: una baja generación de valor agregado nacional; una baja carga tributaria (lo que el Ministerio de Hacienda llama “Pereza Fiscal”), en lo cual quiero llamar la atención (el aumento de la compensación por cesión de energía -que en breve vamos a recibir- puede venir a empeorar esta pereza, porque genera la sensación de que se pueden tener recursos sin necesidad de tributar); y, el debilitamiento del Estado.

Un Estado débil hace que tenga dificultades para contar con instrumentos, sea para orientar el desarrollo nacional o para compensar las desigualdades sociales a través de mecanismos que permitan una igualdad de oportunidades.

Desde el punto de vista del sector energético, la herencia que recibimos fue una matriz paradógica: un exceso de hidroelectricidad y una escasez de energía eléctrica; usamos energía importada y contaminante, mientras que exportamos energía barata, limpia y renovable. Recibimos un país que había perdido su soberanía sobre sus recursos naturales y energéticos.

Tenemos un sector eléctrico con un atraso en las inversiones de entre 10 a 20 años. En consecuencia, ninguna solución para el Sistema Eléctrico Paraguayo es simple ni inmediata. Tenemos, por sobre todo, un modelo desestructurado, de que los sucesivos cambios que han habido en la legislación -que rige el sector eléctrico- no guardan una coherencia de manera a que la ANDE -como empresa pública- pueda ejercer su papel estructurador.
Entonces, cuando llegamos -en el año 2008- vimos que, por medios democráticos, se pasó de un bloque político a otro: una democracia ampliada. Esto todavía lo tenemos que conquistar en el sentido de que el Paraguay -además de elegir presidentes o autoridades- pueda también cambiar la condición social y económica de su pueblo.
Con relación al aumento del Producto Interno Bruto, estamos en plena discusión sobre el proyecto país, la distribución del ingreso y la justicia social, así como lo que el año 2008 colocó en la agenda: los seis puntos reivindicados por Paraguay en Itaipu, que resultaron en la declaración de los presidentes Lugo y Lula del 25 de julio de 2009.

Aquí nuevamente tenemos que hablar de tres ejes fundamentales. En primer lugar aquel compromiso de que la energía de Itaipu esté disponible para el desarrollo nacional. Esto fue parte en las negociaciones de los seis puntos, pero sobre todo tenemos que reconocer que esto ganó intensidad y brillo cuando la Presidencia de la República planteó que el Paraguay tenía que ser visto no solamente como un país agrícola y ganadero sino como un país energético; y que, así como debemos procesar los productos primarios para darle valor agregado, debemos procesar la energía abundante que el Paraguay tiene en el mismo sentido. En diciembre del año pasado se inauguró un nuevo transformador en Itaipu, lo que permitió a la ANDE tomar más energía para el sistema eléctrico paraguayo, a lo cual se sumó una serie de otras inversiones que han salido del papel, que se han licitado: una de las más importantes sin duda es la línea de 500 kV.
El segundo eje es que lo concerniente a la responsabilidad social se encara como parte de la agenda de una agencia de desarrollo.

Y el tercer punto es lo referente a educación, tecnología e innovación. Aquí me gustaría subrayar algunos de los aspectos: a lo largo del 2010 las nuevas direcciones de la ANDE, Itaipu y Yacyreta trabajaron coordinadamente para superar las amenazas de crisis que los sucesivos veranos planteaban al sistema eléctrico paraguayo; la Subestación de Villa Hayes y la Línea de 500 son obras que una ya esta en camino y la otra siendo licitada: y el seccionamiento de las líneas que actualmente van al Brasil -con la licitación que debe realizarse en agosto próximo- posibilitará que el Paraguay esté en condiciones de utilizar el 100% de la energía que le corresponde de Itaipu. Son acciones, medidas, inversiones que permiten que la energía de Itaipu esté disponible para el desarrollo del país.
Otro aspecto es el de Itaipu como agencia de desarrollo. Todas las acciones de la entidad se concretan actualmente vía convenios con secretarías y ministerios del Poder Ejecutivo. Itaipu dejó de ser un Estado dentro o al lado del Estado paraguayo para ser una herramienta del mismo, en vista a sus estrategias de desarrollo. Aquí es importante señalar algunos aspectos referentes al área de influencia de la represa:
-el turismo regional, respecto al cual tenemos un plan de trabajo e inversiones muy importante que va desde Pte. Franco hasta Salto del Guairá, guiado por el plan maestro de SENATUR, con dos puntos de inversiones muy grandes: el complejo turístico en Hernandarias y el Museo de las Aguas en Salto del Guaira.
-la creación de una zona industrial en Hernandarias con el Ministerio de Industria, la ANDE y otros organismos públicos.
-el desarrollo sustentable en el área de influencia, el convenio Paraguay Biodiversidad entre Itaipu, el gobierno y el Banco Mundial, para el cuidado de las microcuencas.
Además hay una serie de otros convenios que están en curso.

El tercer eje, de educación, tecnología e innovación es muy importante. Esto es la inversión que Itaipu está haciendo a partir del año 2010 en el Parque Tecnológico de Itaipu (PTI). Es una acción pionera, ya que tenemos muy poca experiencia de alianzas entre empresas, cooperativas, universidades y el PTI. Va a ser la bisagra entre universidad, ciencia, tecnología y sector privado. Para ello trabajamos de manera muy fuerte en una política de innovación, de manera a que la producción paraguaya esté a la altura de los desafíos de la competitividad y en el marco de la globalización.

También tiene un eje muy fuerte el emprendedurismo, a fin de ayudar a que las capacidades empresariales se desarrollen a nivel micro, mediano e incluso mayor. Itaipu plantea que lo que debe crecer es justamente la economía de las comunidades que rodean y están en el entorno de la hidroeléctrica.

El último punto es el de la excelencia educativa. Itaipu tiene desde el 2006 un programa de becas que este año fue totalmente rediseñado: el programa de Becas del Bicentenario, que busca atacar la deserción de los alumnos becados, provocada por los problemas financieros de las familias y de los desniveles de conocimiento entre el colegio secundario y la universidad. Ahora las becas son integrales: el alumno recibe aproximadamente un salario mínimo por mes, buscando mejorar la enseñanza universitaria en vez de remunerar a la universidad por cada alumno que recibe.

Es decir, lo que el programa hace es premiar a las universidades -acreditadas o en vías de acreditación- que hicieron el esfuerzo de mejorar el nivel académico, con laboratorios, profesores con buena formación y bibliotecas. O sea, busca resolver los problemas que encontrábamos de parte del alumno con alta calificación en las escuelas públicas pero que proviene de regiones muy marginadas, atacando los problemas educativos y sociales que trae consigo y busca premiar y estimular el hecho de que las universidades se preocupen en mejorar su nivel académico.

Estas son algunas iniciativas desde la dirección de Itaipu con vistas a que la entidad participe plenamente del esfuerzo que el gobierno y la sociedad paraguaya vienen realizando para que el cambio político que se registró en el 2008 vaya más allá de un mero episodio de alternancia entre bloques, grupos o frentes políticos para que consigamos avanzar efectivamente hacia un nuevo Paraguay: un Paraguay donde todos podamos tener una vida de bienestar y felicidad.