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Responsabilidad Social
Becarios de Itaipu realizaron minga ambiental en el Barrio San Pablo
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11/07/2011

En el marco del proyecto Retorno Social, impulsado por Itaipu, becarios de la entidad que llegaron de Ciudad del Este, participaron el sábado 9 de julio, de una minga ambiental en el Barrio San Pablo. Los estudiantes, juntamente con técnicos de SENEPA, FF.AA, SEN, dialogaron con los vecinos y eliminaros criaderos de mosquitos.

La metodología de intervención caracterizada por una acción rápida y eficiente, con el despliegue de gran cantidad de personas, exige una buena articulación y uniformidad de criterios. Desde esta perspectiva, la operación realizada tanto por los jóvenes becarios, como los funcionarios del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (SENEPA), Fuerzas Armadas, Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) e Itaipu, dejan una acertada lección, al insertarse en un barrio desde un trabajo en equipo, con soportes de conocimientos adecuados y la organización de Brigadas para abarcar todas las manzanas.

Según datos proporcionados por Karen Rivas, técnica del área de Responsabilidad Social, el operativo contó con los siguientes voluntarios: SENEPA se comprometió con 27 funcionarios, una camioneta y un minibús; las Fuerzas Armadas dispuso 142 efectivos, 5 camiones y 2 camionetas; Itaipu, movilizó a 88 becarios, 11 empleados, 3 buses, 2 camionetas y 3 autos.

Barrio San Pablo, con infestación larvaria muy elevada

La determinación de realizar la tarea con los jóvenes becarios en el Barrio San Pablo, está directamente relacionada con el nivel de infestación larvaria que se detectó en este lugar. “Este barrio tiene un índice de infestación que llega a 10,20, cifra considerada muy elevada. Se considera, por tanto a este lugar, como de alto riesgo”, comentó Rivas.

El dengue, un problema cultural-ambiental

Con mucha experiencia en el área de combate al mal del dengue, Carlos Guido Rivas, jefe del Programa Nacional de lucha contra el Aedes aegypti, manifestó que “se está priorizando el trabajo en zonas con índice de infestación larvaria muy alta y donde existe todavía notificaciones de casos”.

“Lo principal es eliminar los criaderos, no permitiendo la acumulación de agua en recipientes. Si no permitimos que nazcan los mosquitos, no vamos a tener dengue”, sostuvo Rivas.

El Aedes aegypti, un mosquito domiciliario

Al ser un mosquito que prefiere vivir en los domicilios, la estrategia de lucha para erradicar el mal tendría que centrarse en lograr que la gente visualice la peligrosidad del mismo, más todavía cuando se trata de un fenómeno de difícil control, ya que puede estar escondido en lugares no visibles pero con gran capacidad de movimiento y letal picadura.

“Se cría en las viviendas y a diferencia de los anofeles, que se reproducen en aguas de ríos y arroyos, el Aedes aegypti prefiere visitar y quedarse en el hogar. Por ello, la estrategia debe ser encarada entre todos los ciudadanos. Es que si estuviéramos preparados no tendríamos problemas con este mal que aqueja cada año a nuestro país”, reflexionó Rivas.

Para avalar su análisis, citó una encuesta realizada por el Ministerio de Salud a fines del año 2010, donde se constató que el 96 % de la población tenía conocimiento sobre cómo actuar, pero contradictoriamente, en la vida práctica no se reflejaba el dato, ya que cada año, aumentan los casos febriles.

“Sabemos lo que tenemos que hacer, pero no lo hacemos. Es un problema cultural. Necesitamos cambiar nuestro hábito. Vale la pena destacar, que en los últimos años, la malla curricular de los niveles educativos escolares, ya tienen en cuenta el problema del dengue. Los niños, que ahora están estudiando el tema, van a tener otra cultura, donde les va a costar entender a esa generación que tiraba sus basura en la calle o dejaba en cualquier lugar su recipiente”, destacó Rivas.

“Los jóvenes están siempre dispuestos a trabajar”

Al referirse sobre el grupo de estudiantes pertenecientes a las diversas carreras universitarias, Ada Vera, del GT Salud de Responsabilidad Social, manifestó que “los jóvenes siempre están disponibles para apoyar la campaña. Ellos son de Ciudad del Este y vinieron para apoyar en Asunción”.

A fin de no entorpecer el desarrollo normal de los estudios de los becarios, las actividades son realizadas los fines de semanas, comenzando desde el viernes. “Basta convocarlos para que se presenten”, dijo en forma entusiasmada Vera.

“Antes de realizar una tarea, siempre se dan charlas de formación. Ellos participan en todo”, precisó.

Cascos Verdes

Poco sabemos sobre este grupo especializado. Es una élite preparada para el cuidado ambiental. El Tte. Cnel. Rafael Antonio Recalde, comandante de la agrupación de Defensa del Ambiente de las Fuerzas Militares, manifestó que “los jóvenes estudiantes están actualizados y son ellos los que el día de mañana, estarán trabajando dentro de sus comunidades”.

Informó que los cascos verdes, están insistiendo en el tema ambiental y tienen la preparación adecuada para realizar intervenciones rápidas. “Lo que estamos haciendo ahora, podría ser calificado de una operación especial. Ante una necesidad determinada, los cascos azules se presentan en el momento y buscan dar solución a ciertos problemas”, aclaró Recalde.

El comandante comentó también que, en muchos casos, la gente todavía es renuente para cooperar en una campaña de este tipo, ya que no abren la puerta de sus casas. “Existe un 10% de la población que no quiere cooperar con la campaña”, manifestó.Cazadores del aedes aeyiptis

Podríamos denominar a los voluntarios universitarios de “cazadores de larvas”, en el sentido que, desde una visión y preparación adecuada, se acercan a cada vivienda asignada para la visita, donde interactúan con el vecindario, a fin de persuadir sobre la importancia de controlar el patio y estar siempre vigilante, destruyendo los posibles criaderos del pequeño pero mortal insecto.

“Es un compromiso social”

Para Francisco Javier Villalba, oriundo de Tavapy y estudiante de electrónica en Ciudad del Este, la lucha contra el mal del dengue, es “un compromiso social que tenemos todos los paraguayos, especialmente nosotros los becarios. Tenemos que dar un aporte a nuestra nación, colaborando, haciendo y participando de esta lucha”.

En cuanto a su experiencia de contacto con cada vecino, Villalba contó que “hay gente muy amable pero otros no te dejan entrar en sus casas”.

“La gente no limpia su casa”

Liz Paola, está estudiando enfermería en la Universidad Nacional, ubicada en Minga Guazú. Ella también relató sobre su experiencia en el relacionamiento con la gente. “Ya participé en otros lugares. La gente normalmente no limpia su casa”, afirmó.

“Vamos a perseverar”

Perla Saldívar, estudiante de enfermería en Alto Paraná, manifestó que, “tuvimos ya muchas experiencias. Hay casos en que te dicen que el vecino es el que no cuida su patio o la vereda. Es que ellos no se preocupan de mismos. Es una tarea difícil la que estamos realizando. Pero podemos perseverar y, a pesar de los inconvenientes, todo se puede”, reflexionó.

“A la persona le da mucha rabia cuando le toma la enfermedad, ya que no puede llegar a creer que un diminuto mosquito puede causar tanto dolor”, dijo Saldívar.

“En mi casa todos tuvimos dengue”

Según un miembro de la brigada, en una casa encontraron ocho criaderos de mosquitos, los cuales fueron destruidos. Mercedes Castro de Mereles, dueña de la casa donde se contabilizó la cantidad de criaderos, la misma refirió que todos ya experimentaron la picadura del mosquito, con diversos grados de gravedad. Por tanto, a pesar de haber tenido una experiencia directa con la enfermedad, olvidaron la tarea de seguir controlando y eliminando los criaderos.