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Responsabilidad Social
Mujeres organizadas de Presidente Franco concluyen curso de reciclaje
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15/06/2011

Con la exposición de una gran variedad de productos, realizada el martes 14 de junio, se cerró el curso de reciclaje en el Centro Comunitario del Barrio Padre Damián de Presidente Franco, a través de una de las acciones emprendidas por la División de Educación Ambiental de la Itaipu Binacional.

El curso fue organizado por el Movimiento de Lucha por la Vida (MOLUVIDA), que reúne a varios sectores de la comunidad del mencionado barrio y de otros puntos de la comuna.

“Por primera vez sentimos que el cambio llega a nosotros, tanto solemos escuchar de Itaipu, pero nunca ha llegado nada a la gente, por más que sea mínimamente, teníamos que valernos de algún político para que nos llegue algún servicio de empedrado de cierta institución pública hasta nuestra comunidad”, dijo Escolástica Florentín, presidenta de MOLUVIDA.

“Por primera vez sentimos, que sin muchas gestiones nos llegó este proyecto y decimos que empieza el cambio y que depende de cada uno de nosotros para que lleguemos al anhelado cambio real”, enfatizó

Mencionó que el barrio tienen un comedor comunitario donde acuden las familias para almorzar de lunes a sábado, el cual mantienen con mucho esfuerzo de los vecinos, principalmente de las madres de familia.

La organización siempre ha analizado cómo las familias pueden salir de la extrema pobreza, por lo que con insistencia se ha buscado la capacitación a través de la misma, según comentó la líder comunitaria.

Mencionó que todos los que pudieron capacitarse en alta costura, mecánica de moto y otros, ya tienen trabajo actualmente, por lo que este curso de reciclaje es un gran aporte para avanzar.

Agregó que en la comunidad existen recicladores, vendedores, quinieleros, canillitas, lustrabotas, es decir, la gran mayoría se ocupa en trabajos informales. “Estamos muy contentos y agradecidos, al equipo de la Itaipu, porque nos servirá para apuntalar el desafío de convertir este proyecto en microempresas”.

Conciencia instalada para mejorar el medio ambiente

De ahora en más, el grupo que participó del curso seguirá unido para producir y buscar las alternativas de comercialización de los productos, conforme indicó Escolástica de Florentín.

“En medio de la extrema pobreza la materia prima vale oro, ahora queda la conciencia instalada al entender que materiales contaminantes (cubiertas, plásticos, etc.), podemos convertirlos en objetos rentables, al darle valor agregado a través de las manos de la mujer laboriosa. Si la Itaipu es agente de desarrollo, los proyectos tienen que llegar a los sectores más pobres, sin que tengamos que recurrir a padrinazgos políticos”, indicó.

Por su parte, Eusebio Pereira, secretario de MOLUVIDA, consideró que el curso fue realmente un gran logro, pues todo lo que se está haciendo es a través de la comunidad organizada y con mucho sacrificio de las mujeres para llevar adelante cada emprendimiento.

“Con esto, las mujeres están más motivadas para seguir trabajando por la comunidad y por sus familias, ahora el desafío es convertir la actividad de reciclaje en una opción de renta, creo que no vamos a quedarnos aquí, porque el gran problema social radica en la falta de ingresos, vamos a luchar para que eso se consiga”, manifestó.

Calificó la iniciativa como un “soporte para que la organización pueda afianzarse e ir apuntando a objetivos mayores, si llegamos a esto, podemos aspirar a mucho más, queremos conquistar nuestro espacio y sumar capacidad de trabajo, a través de la unidad de la clase pobre para mejorar las condiciones de vida”.

“Aprendimos mucho”

Rocío Silvana Ferreira, una de las participantes, dijo que aprendió a elaborar una gran variedad de objetos y que inclusive participó la semana pasada de una exposición en Caacupé, donde ya pudo vender lo que hizo.

“Trabajo como empleada doméstica y esta capacitación me ayudará a mejorar los ingresos y las condiciones de vida de mi familia, me siento mucho más útil al notar que los productos hechos son muy valorados”, expresó.

Concepción de Azcona, también señaló que por primera vez participa de un curso de capacitación en el área de reciclaje, y que aprendió muchas cosas que le ayudarán a mejorar su economía familiar y valorar aún más la organización y la comunidad.

Evaluación de los trabajos

La consultora del proyecto, Malir Cristaldo, calificó al grupo de mujeres como “sumamente unido, dinámico que tiene una líder que quiere a su comunidad y tiene interés por su gente”.

Comentó que las participantes tienen la predisposición de seguir trabajando y se empeñan mucho en mejorar la calidad de sus productos. “Los pobladores del barrio son muy humildes y luchadores, no son egoístas, trabajan uno por el otro”, dijo.

También significó que los módulos desarrollados se configuraron en una práctica para este grupo de amas de casa y que “ahora ya dependerá de ellas generar nuevos productos, con las ideas inculcadas”.

Daniela Irala Meza, fiscalizadora de los trabajos por Itaipu, dijo que le pareció muy interesante que la comunidad piense en el futuro en forma positiva, luchando por sobresalir y no quedar estancados en la pobreza.

También resaltó la visión manifestada por los referentes de “que el cambio depende de cada uno, esperarlo de la persona, teniendo una clara visión sobre la sostenibilidad del curso desarrollado”.

Al valorar la exposición de clausura dijo que “valió la pena el curso porque se nota la calidad y variedad de los trabajos, con modelos muy creativos”.

Este curso corresponde a la acción 4038, de la División de Educación Ambiental, un programa se ha iniciado el 15 de agosto del 2010, con amas de casa de comunidades de Canindeyú y algunas de Alto Paraná. Las localidades en las cuales ya se ha desarrollado el proyecto son Puerto Indio, Colonia Maracamua, Santiago Martínez, Katuete, y Salto del Guairá, extendiéndose actualmente hacia Presidente Franco y Ciudad del Este.