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Beneficiarios y familiares agradecen la cobertura integral de las becas
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27/04/2011

Las Becas integrales del Bicentenario nacen como respuesta al alto grado de deserción de los becarios, que según los resultados, ascienden a un 42% de los estudiantes, quienes por razones diferentes perdieron el beneficio. Los jóvenes no están preparados para enfrentar la vida universitaria, así como también la necesidad de las familias carenciadas, para solventar los gastos del estudio.

El acceso a la educación universitaria sigue siendo uno de los desafíos de la Política de Estado en el Paraguay, ya que según datos del 2010 de la Secretaría de la Juventud, sólo 3 de cada 10 jóvenes egresados de la secundaria tienen acceso a la educación terciaria.

Las Políticas de Gobierno delineadas a través del Ministerio de Educación y Culto (MEC) apuntan a la construcción de una Política de Estado, en busca del mejoramiento de la calidad de la educación universitaria.

La Itaipu Binacional, en respuesta a estos delineamientos, replanteó su inversión en ayuda para cursos de grado, bajo la denominación de “Becas del Bicentenario”, y plantea así, la asistencia integral a estudiantes.

Además de sus gastos básicos de universidad, prevé la alimentación, el transporte, un curso introductorio de 6 meses que refuerza sus conocimientos, antes de ingresar a su carrera. De tal manera a garantizar el éxito en los estudios futuros.

Las becas dejan de ser un simple apoyo para estudiar y crean condiciones integrales para acceder a la educación universitaria y asegurar el futuro profesional de los jóvenes para el desarrollo nacional.

“Es un logro muy grande para mí”

Carolina Espínola Ayala, es oriunda de Ñeembucu-Pilar. Tiene 18 años y comenta que proviene de una familiar muy humilde.

Explicó que, en vista que sus padres no podrían solventar los gastos de estudio, tenía planeado migrar hacia la Argentina para trabajar. Pero una chispa de esperanza la incentivó a presentarse a las becas de Itaipu y gracias a su esfuerzo, hoy forma parte de los 500 becarios para seguir la carrera de odontología.

“Estoy muy contenta por que es un logro muy grande para mí, por que realmente necesito de esta ayuda completa. Después de terminar mi carrera pienso regresar a mi pueblo para ayudar a mi gente, por que se necesita mucho de este servicio”.

“Quiero servir a mi sociedad, quiero servir a mi país”

Yanina González, proviene de la ciudad de Itapé, del departamento del Guairá. Tiene 17 años y obtuvo la beca para seguir la carrera de Ingeniería Química.

“Estudié muchísimo día y noche sin parar. Me puse la meta de conseguirla, de alguna u otra forma tenía que lograr obtener esa beca”. Señaló que tuvo solo una desventaja: la de no poder acceder a profesores particulares para los exámenes de Literatura y Matemática. “Yo me propuse estudiar hasta lograr mi sueño, quiero ser una gran persona, quiero servir a mi sociedad, quiero servir a mi país”, afirma.

Aunque sus padres no podrían solventar los gastos de estudio, igual se presentó al cursillo porque estaba convencida que ganaría la beca. “Yo me propuse, no tuve otro objetivo más que ganar. Le digo a todos los jóvenes que estudien, que se pongan las pilas, porque hay tiempo para divertirse y tiempo para poner todo de nuestra parte para estudiar y ser alguien en la vida. Esta oportunidad que nos otorga el Gobierno y la Itaipu es única, no hay que desaprovecharla”.

“Voy a estudiar hasta de madrugada”

Con esta expresión, Sergio Javier Cáceres, del barrio Santa Silvia de Capiatá, describió su experiencia. “Me salió lo que más quería seguir, que es ingeniería química. Voy a estudiar hasta de madrugada. Todavía no puedo creer la oportunidad que se me está dando”, resaltó el becario.

“Voy a dar lo máximo”

Desde el Departamento Central, Virgilio Torales, que vive en Capiatá, se está preparando para estudiar ingeniería electrónica. “Daré lo máximo, estudiando hasta 18 horas por día. Mis padres me apoyan bastante y agradezco el apoyo que está brindando Itaipu”, destacó Torales.

“Al terminar mi carrera, regresaré a la comunidad”

En Chupapou, comunidad indígena Ache, ubicada en Canindeyu, vive Marciano Chivugui. Decidió seguir una carrera universitaria para ayudar a su comunidad. “Con mi estudio de agronomía podré ayudar a mi pueblo. Tenemos mucha tierra fértil, que produce y necesitamos técnicos para mejorar. Por eso, cuando termine mis estudios, iré otra vez a mi comunidad para ayudar a los que más necesitan”.

“No dejarse rendir por las dificultades”

A pesar de ciertas limitaciones, Julia Carina Cabrera Almada, oriunda de Campo 9, Caaguazu, es una lección de vida. Llegó al acto, en silla de ruedas, acompañada de su madre.

“Yo quiero dar un ejemplo, de cómo una persona con diversidad funcional, debe seguir luchando y no dejarse rendir por las dificultades que surgen de las discriminaciones hacia personas como nosotros. Pido que tengan fe y ganas de estudiar. Aprovechen esta oportunidad que nos otorga el Gobierno a través de Itaipu”.

Familiares también agradecieron la oportunidad

“Ésta beca significa un bienestar para mi hija y para mí”

Dora Vega, madre de una de las becarias de Itaipu, expresó su felicidad por los beneficios que su hija recibirá a fin de ser una gran profesional.” Me alegré muchísimo por que ella debe estudiar para ser alguien en la vida”.

Como madre explica que, aunque no tiene los medios suficientes, haría cualquier cosa por sacar adelante a sus hijos. “Gracias a Dios ésta beca es de gran ayuda para nosotras. Significa un bienestar para ella y para mí, ya que no podría solventar todo el gasto que implica estudiar, eso sí, haré un acompañamiento a mi hija y aunque vivo en Pilar siempre vendré a visitarla, a verificar como está la situación”, indicó tajante. “Yo le hablo y le digo lo importante que es estudiar y ella toma conciencia de eso, debe llegar a ser una profesional”.

“Estoy orgullosa de mi hija”

Desde Caaguazú llegó a la capital, Lorenza Fleitas de Quiñonez, madre de Yessica Quiñonez. Expresó que su hija recibió la beca por mérito propio. “Nosotros creíamos que era irreversible. El concurso fue muy competitivo, pero ahora estamos muy felices y agradecidos”.

“Estaré pendiente de sus logros”

El objetivo de Victorina Morales, que vive en Luque, es que su sobrina Lorenza Chaparro, se dedique al estudio y aproveche la beca. “Estoy encargada de ella. Voy a estar pendiente de su logro y les aseguro que no va a defraudarles”.