En el Día del Guardaparque de ITAIPU, la Binacional honra a los custodios de sus áreas protegidas

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Este miércoles, 10 de diciembre, se conmemora el Día del Guardaparque de ITAIPU, en memoria de los guardaparques Amancio Giménez y Edgar Insaurralde, fallecidos en servicio en el año 1987 en la Reserva Natural Carapã. La Binacional destaca el papel de estos vigilantes, custodios de la naturaleza, de la biodiversidad y de la materia prima para la generación de energía hidroeléctrica en beneficio del Paraguay.

El Cuerpo de Guardaparques de ITAIPU fue establecido en el año 1980, con la misión de resguardar el patrimonio natural que se encuentra bajo gestión de la Entidad. En la actualidad, estos profesionales tienen a su cargo el control de las 87.000 hectáreas que comprenden las reservas naturales en la Margen Derecha de la Binacional, incluyendo la franja de protección del embalse.

La labor del guardaparque incluye también la educación ambiental, a través de la guía y el apoyo a organizaciones ambientales de todo el país. Así también, colaboran con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), con la captura, rescate y traslado de animales silvestres.

Osmar Torres, supervisor del Cuerpo de Guardaparques de la Entidad, se desempeña desde hace más de 24 años en la labor. Relató que, desde que inició sus tareas, los principales desafíos siempre fueron tratar con los cazadores y pescadores furtivos; al igual que enfrentarse a incendios forestales.

Acerca de las principales diferencias que nota en el presente, en comparación con sus inicios como custodio de la naturaleza, explicó que la principal mejora se evidencia en las herramientas que son proveídas por ITAIPU para el desarrollo de las tareas.

“Trabajábamos más a pulmón, por el amor al trabajo que teníamos como guardaparques. Ahora tenemos más compañeros jóvenes, más tecnología, más vehículos, más flota de embarcaciones, más armas para nuestra protección y para cumplir nuestra misión”, refirió.

Explicó que, si bien los guardaparques tienen una gran vocación por este servicio, también existen sacrificios personales que tienen que enfrentar para ejercer la tarea. “La parte más difícil siempre fue quedarnos mucho tiempo en las reservas, no compartir tanto con nuestras familias. Ahora tenemos más oportunidad de movilizarnos, más recursos, pero sigue siendo un desafío”, afirmó.

Sin embargo, Torres aseguró que colaborar con el cumplimiento de las misiones del guardaparque constituye una satisfacción en sí misma.

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