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Responsabilidad Social
Curso de concientización a conductores de transporte público
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13/06/2012

El Comité de Diversidad Funcional de Itaipu participó del programa de “Capacitación y Concienciación a conductores del transporte público de pasajeros y creación del carnet de habilitación”, organizado por la Setama, conjuntamente con la fundación Saraki, en la ciudad fronteriza de José A. Falcón.
  
“No se puede llevar a pasajeros discapacitados en los colectivos, no hay infraestructura” óha'upáta la che tiempo (va a comer toda mi hora) si vamos a alzar a un paralítico o a un ciego”, fueron algunas de las reacciones primarias de los conductores de colectivos públicos, que participaron del curso de capacitación en la ciudad de José. A Falcón. En dicho curso, se les enseñó como tratar y trasportar a personas con diversidad funcional.

A medida que trascurría el curso para los choferes, la idea del que pasajero discapacitado era un “estorbo” iba cambiando hacia una concientización que también son personas sujetas de derecho al igual que cualquier pasajero.

Este cambio de mentalidad, en gran medida, se debió a los materiales audiovisuales y a los testimonios presentados por los integrantes del Comité de Diversidad Funcional de Itaipu, que conjuntamente con la Secretaria de Transporte del Área Metropolitana de Asunción (Setama) y la fundación Saraki, emprendieron el programa de sobre cómo tratar a los pasajeros con discapacidad.

El coordinador del Comité de Diversidad Funcional de Itaipu, Cayo Acosta explicó en el curso, que la entidad no sólo es generadora de energía limpia sino que está comprometida con la sociedad y por sobre todo con los Derechos Humanos. Informó que mediante el Contrato Colectivo de Trabajo, unas 22 personas con discapacidad están trabajando dentro de la empresa, ajustándose de esa forma a la inclusión laboral, tal como indica la ley.

Durante el curso, Acosta señaló que existen tres formas diferentes de ver o visualizar a las personas con diversidad funcional. La primera, la mirada religiosa, es decir, algunos creen que una discapacidad es de origen divino ó lo relacionan a una maldición o yeta. La segunda, la de origen científico, que los tildan de “enfermos” por el simple hecho de ser discapacitados. “Yo tengo el 75% de mi cuerpo afectado, pero no estoy enfermo”, acotó Cayo.

Y la última mirada es la social, que no tiene nada que ver con lo religioso ni científico. “El hecho que yo no pueda caminar no significa que no pueda tener una vida social normal o trabajar como cualquier otra persona; nosotros tenemos derecho a la inclusión en todos los ámbitos”, indicó Acosta.

Puntualizó que mediante los talleres se está tratando de educar, concientizar y sensibilizar a los conductores del transporte público de pasajeros. “Les pido que nos den un buen trato, ahora hay leyes que sancionan la discriminación hacia las personas con diversidad funcional”, exhortó Acosta.

Por su parte, Pablito Berni, reflexólogo de Itaipu, relató que en la época que utilizaba el transporte público debía esperar más de una hora el micro, ya que ningún chofer quería alzarlo y casi siempre llegaba tarde a su trabajo.

“Cuando visualizaban el bastón blanco pasaban de largo o cuando nos alzaban nos trataban mal, nos decían cosas que no debían, hasta llegamos a denunciar a la Setama por los maltratos”, contó Berni.

“Es una innovación”

El representante de la Setama, Víctor Hugo Insaurralde comentó que el curso para los choferes es una innovación para el nuevo sistema de transporte público.

“Es la primera vez que se está brindando estas orientaciones, ahora les capacitamos sobre cómo tratar y transportar a las personas que sufren algún tipo de discapacidad y también les exhortamos que hagan cumplir los asientos reservados que existen en cada unidad del transporte”, indicó.

“Mediante que la gente denunció los maltratos se realizó este curso de capacitación. Encontramos en cada uno de los choferes una buena predisposición para aprender. El transporte público tendrá cambios, se mejorará la atención para los pasajeros; a partir de enero del 2013, todos los choferes obligatoriamente deben portar el carnet que le otorgará la Setama, como una habilitación para conducir un transporte público”, comentó.

Informó que el curso se realizará en 19 municipios del área Central, cuatro municipios de Presidente Hayes y Asunción. En total serán capacitados 5 mil conductores de unidades de transporte público. “Ya tuvimos como 100 conductores que ya iniciaron su capacitación”, finalizó.

Este curso de capacitación contó también con la participación del intendente de José A Falcón, Ricardo Centurión, quien agradeció a la Setama y al Comité de Diversidad Funcional de Itaipu, el curso brindado en su municipio.

Interacción entre los participantes

Durante el curso de capacitación, los conductores interactuaron con los disertantes. Uno de ellos hizo el papel de paralítico, otro de ciego y de esa forma tener cierta noción de lo que se siente al subir en un transporte público. Para esta prueba se utilizó el móvil del Comité de Diversidad Funcional.

“No sabía lo difícil que era”

Derlis Franco fue vendado los ojos y de esa forma subió al minibús, hizo el papel de no vidente.

“En cada movimiento del colectivo sentía que no tenía equilibrio, parecía que cualquier movimiento me inquietaba, parecía que me iba a caer. Es difícil esta situación de no ver”. Comentó Derlis.

“No sabía como guiarme”

Julio César Salinas, conductor de transporte público, se hizo pasar por una persona en silla de ruedas y le costó muchísimo viajar en colectivo. “Antes de este curso pensaba de otra forma, ahora comprendo las dificultades que pasan las personas discapacitadas”, señaló Salinas.

“Los pasajeros también deben ayudar”

Pedro Cáceres valoró el curso de capacitación ya que es la primera vez que reciben algún tipo de instrucción sobre cómo tratar a las personas con diversidad funcional. Recordó que una vez, quiso hacer cumplir la ley del asiento reservado para los discapacitados, solicitó al pasajero que se levante de la silla, sin embargo, éste le digo que pagó su pasaje al igual que todos y tenía derecho a ir sentando. “Era el asiento reservado para los discapacitados, pero el pasajero no respetó”, indicó.

Al finalizar el curso, uno de los conductores, Ulises González, pidió disculpas ya que al empezar el taller puso muchos “peros” a los pasajeros con diversidad funcional, pero al finalizar la charla entendió que un pasajero con diversidad funcional tiene los mismos derechos que cualquier otra persona dotada de sus cinco sentidos.